
Vivimos un tiempo en el que para lo bueno y para lo malo, este recurso nos permite mantenernos en contacto e informados.¿Informados?, he aquí el motivo de esta entrada.
Son días de confinamiento, paramos el país para poder superar con las menos bajas posibles esta pandemia mundial que nos golpea muy duro, sobre todo a nuestros mayores. Son días de quedarse en casa y no salir, o hacerlo sólo para menesteres esenciales e ineludibles. Todos conocemos "personas" que no se enteran, pero bueno, confiemos en el karma.

Muchas de las actividades que realizábamos fuera de nuestros domicilios, las hemos tenido que trasladar a salones, cuartos y cocinas; recibir clase, trabajar, cocinar (alguna cocina también se ha estrenado) y, ENTRENAR, lo escribo en mayúsculas porque me encanta esta palabra, me gusta verla ahí reluciente, cual cartel en el Strip de las Vegas.
Todos hemos notado un auge, las redes sociales de nuestros conocidos lo confirman, de la práctica de actividad física en la población. Escucho y leo mucho la siguiente frase: "de esta situación sacaremos cosas buenas"; ¡pues sí!. Si este auge se mantiene y fideliza, ésta será una de los aspectos positivos que saldrá de la pesadilla en la que estamos inmersos.

Muchas de las actividades que realizábamos fuera de nuestros domicilios, las hemos tenido que trasladar a salones, cuartos y cocinas; recibir clase, trabajar, cocinar (alguna cocina también se ha estrenado) y, ENTRENAR, lo escribo en mayúsculas porque me encanta esta palabra, me gusta verla ahí reluciente, cual cartel en el Strip de las Vegas.
Todos hemos notado un auge, las redes sociales de nuestros conocidos lo confirman, de la práctica de actividad física en la población. Escucho y leo mucho la siguiente frase: "de esta situación sacaremos cosas buenas"; ¡pues sí!. Si este auge se mantiene y fideliza, ésta será una de los aspectos positivos que saldrá de la pesadilla en la que estamos inmersos.
Son tiempos de solidaridad, tenemos que establecer mecanismos de ayuda y sinergias para sobrellevar esta situación con el menor déficit de servicios, básicos y no tan básicos (pero necesarios) como la actividad física. Corría por ahí un post de alguien que decía que era curioso que el dibujo, la música y la educación física fuesen ahora la mejor forma de mantener el equilibrio, la salud mental y física durante esta reclusión. En cambio son tres de las asignaturas a las que se les da menos importancia dentro del sistema educativo. Cuando algo se convierte en muy importante en condiciones extremas, ¿por qué no fomentarlo en condiciones normales?.
En mi sector, el de la actividad física, se está malinterpretado la importancia y prioridad que tiene su contribución dentro de una sociedad a la hora de ser solidarios. Las aportaciones en redes sociales de carácter desinteresado son obligadas, necesarias. Pero de ahí a pegarte un tiro en el pie a ti y a tus clientes, hay una delgada línea. Nuestro producto no es algo físico, no es tangible. La gente no puede coger la actividad física que fabricamos guardarla en una bolsa y usarla al llegar a casa; no nos la trae ningún proveedor; es una de las razones por las que Hacienda no nos deja desgravar un "acto". Por ello debemos darle el valor que se merece para que el resto puedan ser conscientes de la importancia de lo que hacemos.
Colaborar es aportar, dar ideas, conceptos, pequeñas píldoras.... Un PROFESIONAL del sector sabe perfectamente que es muy difícil hacer un entrenamiento que pueda valer para miles de usuarios diferentes; cada uno tiene sus peculiaridades, capacidades y limitaciones. Pues ahora parémonos a pensar; si es difícil hacer uno, imaginaos uno al día. Hay que valorar estos aportes porque están sacando del sedentarismo a mucha gente. A mi parecer este es límite de una colaboración para que el sector no acabe destruyéndose, estamos dando a entender que lo que ofrecemos es la panacea y tan sólo es la punta del iceberg de lo que podemos aportar a la sociedad con nuestro trabajo.
Ahora bien; la cantidad de burradas que se ven estos días es digna de colección. Eso culpa nuestra por no saber transmitir que lo importante es la calidad del movimiento, no sólo para el ejercicio, si no para la vida. Es nuestra responsabilidad porque en nuestro afán de likes, followers y otras "medallas" modernas, regalamos nuestro trabajo; colaborando a que nuestra cultura deportiva y su consideración tenga una perspectiva cada vez más alejada de lo que debería ser y tome cada vez más la perspectiva de algo sin valor.
A pesar de los tiempo difíciles que estamos pasando y que la mayoría de los sectores de servicios están aportando su granito de arena con la sanidad al 200%, población confinada, etc, la mayoría de las tarifas y productos mantienen su valor, es la única manera para que la rueda siga girando.
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