En infinidad de ocasiones (diariamente), se genera contenido para un post. El escribirlo o no depende para mí de varias cosas; una de ellas es la necesidad de hacerlo ( esa personita que te posee y te “obliga” a escribir lo que piensas, aunque en ocasiones, demasiadas, te metas en un charco. La otra es ser competente para hacerlo (no sé si lo soy, pero ya estoy poseído jajaja)

Intentaré expresar mi opinión con claridad y sobre todo ser honesto con mi idea de COMPETICIÓN, últimamente creo que el término ha evolucionado y yo me he perdido o quedado atrás.
Para guiar mis ideas me he decidido por ir contestando a algunas preguntas, empecemos:
1. ¿Realmente compites porque te apetece o te ves obligado a hacerlo?
Alberto lleva un tiempo saliendo en bici con sus amigos, empezó por quedar los domingos para desconectar un poco del trabajo. El practicaba otros deportes, pero quería hacer algo distinto que le ayudase a salir de la rutina. De pequeño había hecho algo de bici y, ¿por qué no?, se compró una (así se obligaba a cogerla) y empezó a quedar con David y sus amigos, una gente muy maja.
Muchos entrenadores comentan que hay un gen competitivo, se tiene o no se tiene. Hay quien lo descubre cuando se apunta a la primera prueba. También hay quien nace levantando los brazos y preguntando cuánto tiempo hizo.
Alberto lo pasaba genial, ciertamente no se le daba mal; en dos meses era uno de los primeros en llegar a todos los altos de las rutas. Decidió madrugar también los sábados y dar una vuelta antes de ir a recoger a los niños a la piscina. Sin darse cuenta encargó un rodillo en Amazón y mataba 45’ dos días entre semana mientras en YouTube subían al Tourmalet.
2. ¿Te han dicho que eres bueno y que deberías competir en esta u otra competición ?
No pasó ni un año cuando Alberto empezó a quedar con Raúl, un chaval que hacía maratones de montaña. David and company y él acabaron espaciando sus citas.
En febrero, un año y poco después, estaba en la línea de salida de la primera prueba del circuito de maratones de montaña de su comunidad; Raúl le había dicho que se apuntase, que tenía “calidad de sobra” para hacerlo bien.
Empezó la carrera; Alberto pensó: “¿pero esto no eran 60kms?”, ¿a dónde va esta gente así ?. Él había participado en marchas y la gente apretaba en las subidas intentando hacer el menos tiempo posible, ganar una coronita del Strava o conseguir el primer puesto del avituallamiento en una meta desierta. Jamás creyó que hubiese tanta gente queriendo pasarle por encima.
¿Para ser el/la mejor debes enfrentarte a una competición ?
Durante la primera hora de carrera Alberto pensó: ¿quién me mandaría a mi apuntarme a esto?,lo pensó unas 15 veces. Le adelantaba gente que : “si a estos yo les gané en la marcha del mes pasado, cómo puede ser que no los siga ni un repecho?
En una competición influyen muchos más factores que el fisiológico, el ambiental y para mí, el más importante, el psicólogo. Cuando te enfrentas a una competición tienes que tener controlados y entrenados todos y cada cada uno de ellos; por lo menos los que están de tu mano.
En las subidas Alberto conseguía mantener un ritmo razonable pero ,“esta gente no baja el ritmo, al llegar arriba siguen a toda leche en el llano”, “cómo bajan, parecía como si les fuesen asfaltando las trialeras”
Para mí está claro que, para ser el/la mejor de tus versiones debes medirte en una competición y comprobar como gestionas cada uno de esos factores que influyen en el rendimiento. Para saber si eres el/la mejor de tod@s, impepinablemente debes enfrentarte a la competición.
Es muy admirable ser el mejor de la grupeta del domingo, de la marcha organizada por aquel u otro club, el primero en marchas de renombre “no competitivas”, no critico eso, que quede claro. La diferencia principal es, que cuando te apuntas a una prueba competitiva, allí todo el mundo va a competir, todo el mundo sabe a lo que va. En las anteriores (marchas, quedadas,...) te estás midiendo con gente que va desde, disfrutar de una mañana agradable a, hacer una subida lo más rápido posible y el resto de la marcha de “paseo”.
Por eso la gente debería tener muy claro cuándo se apunta un@ a alguna prueba; qué tipo de prueba es a la que se está inscribiendo, qué objetivos tiene en esa prueba y, lo más importante si es una competición, cuáles son sus posibilidades de rendimiento en esa carrera. M veces, a pesar de saber que estamos corriendo por encima de nuestros mejores entrenamientos nos hacemos ilusiones de poder aguantar el ritmo y claro....pero esa es otra historia.
Alberto con el tiempo aprendió a; disfrutar de las marchas (incluso apretándose en muchos tramos de las mismas), compartir salida con la grupeta de amigos (diferentes niveles, no quiere decir no poder ir juntos, aunque haya piques puntuales. Pero en ocasiones hay salidas en grupo dónde, realmente el término grupo se cumple al principio y al final de la misma). Y lo más importante, en competición aprendió a competir, a dónde podía llegar, a leer la carrera, a disfrutar dando lo máximo de si.
Casi nunca encontrarás al l@s mejores en la cabeza de las clasificaciones de las marchas, Koms del Strava, etc, L@s mejores corren cuando tienen que correr, cuando les toca entrenar rápido (y no hacen 1’ más de serie porque hay un kom) y cuando COMPITEN.
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